jueves, 11 de diciembre de 2008

Re: deudas ilegitimas

Estimado señor Sebastián Hurtado.
 
Me parece muy legítima su aspiración a que rehuse a pagar las deudas que menciona, sobre todo porque (para consolidar su argumentación) usted olvida que alguien robó su identidad y fue ese alguien la persona que se endeudó a su nombre.
 
Al parecer, sufre usted, de lo que se dió en llamarse el Síndrome de Estocolmo que es un desorden sicológico que lo padecen algunos de aquellos que se enamoran de su agresor (o su secuestrador -más específicamente-) y que induce al paciente a adquirir comportamientos que eximen al criminal, de su culpa.
 
Tal comportamiento, aproximado al del perro guardián de algún amo castigador e inescrupuloso, puede dificultar su relación con otras personas que podrían (equivocadamente, por supuesto) llegar a confundirlo, ni siquiera con un cómplice de su propio agresor, sino con un sumiso y alienado adulador.
 
Su caso es grave. Permítame sugerirle que acuda inmediatamente al consultorio de un especialista, o bien que lea el Informe elaborado por la Comisión de Auditoría de la Deuda Pública que explica detalladamente el modo de curarse de esa grave dependencia para que así pueda usted ¡por fin! ejercer SOBERANÍA SOBRE SUS PROPIOS ACTOS.
 
Suyo
Moonwatcher
 *Derechos reservados (R) 1963-2008 FRANCISCO ERAZO GUERRERO.
El 10 de diciembre de 2008 20:55, Carlos Drouet Chiriboga <boensa@hotmail.com> escribió:

Fantástico

 


Date: Wed, 10 Dec 2008 19:48:30 -0500
From: pachanor@gmail.com
Subject: deudas ilegitimas


--- On Tue, 12/9/08, Sebastian Hurtado wrote:


*¡Deuda ilegítima!*
*2/27/2007*
*Por Sebastián Hurtado Pérez*

*Inspirado en las sabias conclusiones y recomendaciones del informe producido  por la  Comisión Especial de Investigación de la Deuda Externa del Ecuador, he decidido declarar como 'ilegítimas' algunas de mis deudas personales.

Después de un minucioso análisis de las obligaciones crediticias que he contraído en los últimos años, realizado con la ayuda del párroco de mi barrio y otros expertos en finanzas, he descubierto que varios rubros de lo que hoy se ha convertido en una significativa obligación financiera tienen un origen claramente ilegítimo.

Un grupo importante corresponde a deudas suscritas con cargo a mi tarjeta de crédito y al final de un sinnúmero de festejos en los que me encontraba bajo la influencia del alcohol. Pérdida de conciencia que me impidió apreciar la dimensión de los compromisos que asumía y me llevó a tomar decisiones inadecuadas. Mis asesores consideran que estas deudas tienen un clarísimo origen ilegítimo y me recomiendan rehusar su pago, así como también me instan a perseguir judicialmente a los dueños de los bares y discotecas a los que concurrí por haberme facilitado alcohol en cantidades excesivas.

Otro rubro significativo de mis obligaciones financieras corresponde a múltiples invitaciones a restaurantes y una variedad de obsequios que adquirí con el propósito de conquistar a una hermosa mujer que finalmente me dejó con los churos hechos. Mis asesores consideran que no habiendo podido lograr mi objetivo amoroso, la deuda contraída se ha tornado ilegítima, por lo que debería demandar a tan esquiva dama por los perjuicios económicos y emocionales que me ocasionó.

Un valor minoritario corresponde a un préstamo para pagar un curso de lectura rápida en el que me inscribí, al que asistí unas pocas veces, me aburrí y finalmente abandoné. Nuevamente, mis asesores piensan que no debo pagar una deuda que si bien fue contraída para un proyecto loable, este quedó a medio camino de culminar. Creen que mis prestamistas actuaron irresponsablemente al facilitarme dinero para este fin sin tomar en cuenta mi largo historial de irresponsabilidad, por lo que ellos deberían buscar cobrar su acreencia directamente a la institución educativa que hasta hoy no ha aceptado devolverme mi dinero.

Estas obligaciones se han acumulado hasta representar una pesada carga en mis finanzas personales y empiezan a afectar mi capacidad para hacer frente a otros gastos vitales de mayor prioridad. También ponen en peligro el pago de los incrementos salariales y bonos que ofrecí a mis empleados, algunos de los cuales son unos verdaderos 'forajidos' y estarán dispuestos a 'arrastrarme' por las calles de Quito si no cumplo con mis ofertas.

Por todas estas razones, considero justo declarar 'ilegítimas' a estas deudas y mandar al diablo a mis prestamistas, además de advertirles que no permitiré que rebajen mi calificación de crédito o me señalen como mal pagador pues planeo pedir prestado más dinero en el futuro. Mis cicateros acreedores tendrán que entender que mi vida está antes que la deuda. *

 *Si el lector piensa que mis argumentos son ridículos, le sugiero leer el informe que menciono al principio de este artículo.*

 *Derechos reservados (R) 2001-2008 GRUPO EL COMERCIO C.A.


Discover the new Windows Vista Learn more!

No hay comentarios: