«De todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás» (Génesis 2:17)
La verdad es el objeto de búsqueda de la mente, y la mente es el fenómeno primordial que mora en el Ser Humano y a la vez, es la morada de la conciencia.
El Ser Humano es el "excelso buscador" en virtud de su esencia temporal: vivimos en el tiempo, en él transitamos y somos tiempo. El tiempo nos atraviesa y nos provee de historicidad. Solo nosotros sabemos que el tiempo existe, inexorable… a veces lineal, a veces extraño y paradójico, y en virtud de tal conciencia temporal inventamos el futuro como la proyección querida de la propia vida. En el tiempo buscamos, imaginamos, construimos y DESAFIAMOS a un hoy que siempre se nos presentará como insuficiente, pues siempre podremos mejorarlo para SEGUIR VIVIENDO Y PARA ELEGIR DE QUÉ MODO QUEREMOS HACERLO.
Esa es la ontogenia de la ciencia y la filosofía, el motor primordial del Sentido del Ser Humano en el Mundo. Asumirnos Homo historicus es tomar en nuestras manos la conciencia como la más maravillosa herramienta de que disponemos, para construir el futuro del modo que sea una imagen que "succione" nuestras acciones.
Por eso es que en muchos oscuros momentos de la historia, los poderes omnímodos y los lacayos de los dioses del inmovilismo y de "las verdades absolutas", se lanzaron en persecución de los que esgrimían el compás, la escuadra, el conocimiento, la investigación y la ciencia para edificar la liberación de la sociedad.
El poder está asociado con la propiedad de la verdad, en nuestros días esa "verdad" pretende ser El Mercado que se presenta como el paradigma que se arroga la potestad de otorgar o no, carta de naturalización a todo aquello que no comulgue estrictamente con sus valores asociados, vale decir: individualismo, competencia, restricción de libertades, "la mano invisible" (¡qué parecido con los atributos de los dioses cultivados en el oscurantismo medieval europeo!)
No tendría que sorprendernos que al hablar de solidaridad, igualdad, libertad y conocimiento, el mundo de lo establecido se sienta interpelado y arroje a sus huestes anti-conciencia y anti-historia en una nueva persecución, tal como hoy ya lo hacen contra las ideas progresistas que empiezan a cundir en toda América.
Nada está predeterminado para el Ser Humano. El futuro abierto es nuestro destino y ahí, en ese lugar en donde florecen las utopías, nos sentaremos a darnos un banquete devorando a placer de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Francisco Erazo G. A.·.M.·.
R.·.L.·.S.·. Eloy Alfaro Nº 24
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